viernes, 16 de octubre de 2015

Capitulo 1: La viajera


Batabano, Cuba 2012.
       Suspire mientras veía nuevamente como el chofer de la camioneta revisaba nuevamente si la goma había quedado bien puesta. Estas cosas solo pueden pasarme a mí, había logrado que me dieran las vacaciones, sigo sin entender porque a mi jefa le da tanta pereza firmar el papel cada seis meses.  
-        ¿De qué te ríes mamá?
-        De ti, ni siquiera estas emocionada por ir, pero aun así te molesta el atraso.

      Tenía razón, ni siquiera quería ir, a través de los años yo había dejado de emocionarme por este tipo de salidas, no que no me gustara viajar, es que simplemente no soporto como me arde la piel en las noches tras un día en el mar. Me mire nuevamente y sonreí, mi madre siempre tenía la razón, aunque la mayoría de las veces me molestaba reconocerlo.
-        Santiago me lo pidió y hace un año que no le veo, es lo mínimo que podía hacer.
       Adoro a mi mamá, siempre fue mi inspiración, estudio más que nadie en la familia, era una excelente profesora y llevaba las letras como un músico puede llevar las notas musicales. Mi padre era más de números, cosa que no herede, mi odio por las matemáticas era tan grande que se notaba el contraste entre los dos.
     Si yo soy la extraña mezcla de esos dos padres, aun así a los 25 años aun me siento vacía, me falta algo.

       Para mi mirar el mar es como si no existiera nada mas, ese infinito donde se unen el cielo y la tierra, esos azules en contraste en un día despejado, esa tranquilidad y también la fuerza que podía inspirar, si, el mar es muchas cosas y únicas a la vez, es nada y es todo.
      Me cuesta respirar, siempre es así, desde que era una niña, la briza del mar es algo a lo que me cuesta adaptarme, los olores a mi alrededor son tan puros e inundan mis pulmones, Oh dios como me gusta este lugar.
-        Que frio- observo todo a mí alrededor. No estamos solos, las personas están comenzando a llegar.
      Nada ahí es nuevo para mí, pero nunca he dejado de apreciar la belleza del lugar, es tan simple y relajante, perfecto para mi vida aburrida.
-        ¿Porque no invitaste a Gabriel?
-        No entiendo porque debería.
-        ¿No están saliendo? – mire a mi mamá, aun no sé cómo es capaz de descubrir esas cosas.
-        Algo así- nuevamente queda fija en mi – aun no sé lo que quiero.
       Un suspiro prolongado por parte de ella, se que le decepciona que no sea capaz de decidirme con respecto a eso.
     Fue como cuando mis estudios, no me desidia por nada, no tenia aspiraciones ni nada que deseara hacer, así que simplemente estudie en el Pre y cuando termine me fui por la opción más cómoda, Bibliotecología, simplemente le exprese que  amaba los libros, no me molestaría trabajar rodeada de ellos, aun no sé cómo lo aceptaron.
    Siempre aceptaban mis decisiones.
-        No es que quiera soltar los comentarios que tanto te molestan, pero digo yo que ya es hora de que pienses en esas cosas, ya tienes 25, los años para la mujer pasan más rápido, después podría ser demasiado tarde. – acaricio mi cabello como siempre lo hace. - Espero               que este viaje te abra los ojos, necesitas mucho más de lo que tienes ahora, nuevas experiencias. 
       Simplemente no dije nada, sé que me habla con razón pero pienso que necesito sentir algo más que comodidad para dar un paso como es el de la familia. Acepto sus palabras, pero, la quiero algo mas, siempre he querido algo más.

      Viajar a la Isla de la Juventud no es algo emocionante, nada mal cuando tu único hermano se casa con una chica de ahí y te invitan a cambiar la rutina.
Nada mal.
     Nada más que mar, a cada momento el azul se va oscureciendo, la profundidad es cada vez mayor. dejo de mirar, un pequeño mareo me hace levantar la cabeza y mirar como el tiempo empeora de un momento para otro, recordé que habían anunciado un día soleado, no debería haber mal tiempo.
Esto no está bien. Solo hay mar en el horizonte, falta todavía para divisar tierra.
Me sentí caer.


       Estornudo, un olor extraño me hace estornudar nuevamente, madera mojada y a rancio. Mi cabeza duele y mis articulaciones también, creo que caí por la borda. ahora si voy a recibir una reprimenda de mi hermano y después se va a burlar de mi por años. Ahora sí que cometí mi mayor estupidez.
       No quiero abrir los ojos, me duele la cabeza y tengo asco del olor, no tengo deseos de vomitar pero falta poco para eso.
-        Miss? What is your name? - una pausa - Miss, your hear me?
-        Si le escucho, me duele le cabeza. - la voz no contesto.
       Escuche como se alejaba con paso apurado y balbuceaba palabras sin sentido, creo que no tendría más de 13 años.
-        Me alegra que despertara.
      Esta vez era diferente, sus pasos eran más fuertes y no dudaban, al igual que su voz, era grave y seductora. Masculina.
      Una mano me tomo por los hombros con suavidad y me ayudo a incorporarme un poco en la incómoda cama. Aun no abría los ojos, trataba de adaptarme al movimiento.
-        ¿Me puede decir su nombre Señorita?
-        Lili, mi nombre es Lili Mendoza.- una pausa y un pequeño resoplido - ¿acaso dije algo gracioso?
-        Pensé que era de esas Señoritas de Nombre largo.
-        En realidad lo soy - abrí los ojos lentamente, quería ver el rostro de quien me hablaba - Es Lilia Margaretta Mendoza de la Vega.
       Ante mi se encontraba un hombre realmente atractivo, de esos que solo ves en las novelas y que rara vez encuentras en la calle, era realmente alto, cabellos dorados y ojos miel tostada, una espalda ancha y todo en el irradiaba masculinidad. Pero lo más extraño era su ropa, una casaca negra, esa ropa no era la acostumbrada. Botas hasta la rodilla, camisa y chaleco con un pañuelo perfectamente anudado.
¿Dónde diablos estaba yo?
-        La encuentro perturbada Señorita Mendoza, tenemos que añadir que fue in misterio que alguien sobreviviera tras caer al mar. Supongo que era pasajera de La Esperanza - le mire extrañada - solo encontramos escombros del barco y a ustedes flotando sobre algunos restos.
-        ¿No entiendo? ¿Dónde estoy y quien es usted? o mejor respóndame primero ¿ En qué año estoy?
-        1811, es el 14 de Noviembre de 1811. Han pasado 7 días desde que la encontramos a la deriva, nos dirigimos a Jamaica. Usted a tenido fiebres y nuestro cirujano pensó que no sobreviviría a llegar a puerto. - sonrió levemente - está usted a bordo del St Margaret, muy apropiado diría yo. Y por ultimo soy el Capitán Shay, Nicholas Shay.
      Nicholas Shay se marcho poco después. Mi vida se había convertido en una pesadilla y bien rara. No deje de tener los mareos hasta que el barco llego a puerto y llevaron una curandera local a atenderme. Según ella solo estaba desorientada y los malestares propios del mar. No dijo nada que no supusiera ya. Así que pude incorporarme del camastro y vestirme con las prendas que me habían conseguido.
     Me encontraba en el año 1811, inicio del periodo Regencia en Inglaterra y en el Continente la guerra con Napoleón aún le quedaban algunos años. Yo por mi parte me encontraba sola y sin saber qué hacer.
    Tome el sencillo vestido de día, muy apropiado, consistía en una camisa larga y una falda color marfil, ese era el vestido de domingo de alguna local. La anciana me ayudo a lavarme y vestirme, los zapatos me quedaban un poquito grande pero los anude con fuerza y no me molestaron. Luego un sencillo peinado y ya estaba con un aspecto civilizado.
-        Disculpe usted - la anciana me miro - si quisiera ver a alguien que me hable de mi suerte a quien tengo que ir. - aquella mujer se asombro - en España le dicen gitanas, aquí...
-        Nunca pensé que la niña pidiera algo así. - la jerga con la que hablaba era una mezcla de francés/español. - Yo la llevo con Ma, pero no le diga na' a los blancos. - asentí con desesperación- Le diré al hombre que uste' necesita otros cuidao ma', pa' que me dejen llevarla con Ma. 
     Varias horas después era escoltada por el niño de 13 años y la anciana a donde aquella mujer que llamaban Ma. La cual resulto ser una vieja matrona esclava que efectivamente, conocía más de lo que decía.
    Tiro los caracoles una y otra vez mientras hablaba con mi acompañante en Francés, luego miro mis manos y las beso con devoción, las retire inmediatamente pero la curandera lo impidió.
-        No niña, déjela. Dice que uste' viene de lejo', demaciao lejo' hay muy pocos como uste'. Y ma' en nuestra tierra, estas islas no tienen ancestros propios, asi que no piedras de adoración a los viajeros.
-        ¿Qué significa eso?
-        Debe ir al mundo viejo - tradujo las palabras de Ma - allí si hay puertas pa' que uste' regrese niña. Los otros como uste' la encontraran y ayudaran.

     Pocas palabras y un significado simple, debía ir con esos hombres al llamado Viejo Mundo, ese lugar lleno de guerras, allí encontraría la forma de volver. 

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